Intercambio comercial entre China-Chile y la necesidad de integración regional

Por
Roberto Espinoza Carrillo
Estudiante de Ciencia Política en intercambio - Universidad de Concepción, Chile
27 de agosto de 2018 

China y Chile son dos países equidistantes, separados por más de 19.000 kilómetros, pero sin embargo, Chile fue uno de los primeros países en comerciar con China tras el fin de la gran guerra civil china y en diciembre de 1970, el presidente chileno Salvador Allende, adhiere a la política de “Una sola China”, siendo así el primer país de América del Sur en reconocer el gobierno de la República Popular China asentado en Pekín como la única China, política que tras el derrocamiento de Allende, el dictador Pinochet mantendría sin cambios a pesar de la diferencia ideológica. 

En 2006 entró en vigencia el tratado de libre comercio entre China y Chile, el primero con un país no perteneciente al bloque ASEAN. Luego de doce años, China compra hoy a Chile casi un tercio del total de sus exportaciones, según el Ministerio de Economía chileno, superando a Estados Unidos y la Unión Europea, a la vez, Chile es el país de América Latina que más exportaciones chinas compra per cápita, principalmente, productos tecnológicos. Desde el Tratado de Libre Comercio las relaciones comerciales entre ambos países se han profundizado y han firmado múltiples acuerdos en educación, telecomunicaciones, trabajo, entre otros. 

La gran demanda por bienes y servicios por parte de China ha ayudado a la diversificación de las exportaciones de Chile, en la que tradicionalmente ha dominado el cobre y derivados, por vinos, frutas, alimentos procesados, entre otros, pero que produce un nuevo problema; la adicción económica a China, que si bien se estima que China continuará creciendo sobre el 6% los próximos años, lo que afecte y decida hacer China tendrá fuertes efectos en la economía chilena, lo que genera una relación de dependencia, además, del claro problema de no proyectarse como una estrategia comercial sustentable en el tiempo. 

En el actual escenario económico mundial, donde los Estados Unidos han adoptado la política de las restricciones al comercio internacional, en particular contra China, lo cual ha impactado fuertemente en los países en vías de desarrollo, es importante que frente a este escenario de proteccionismo, Chile rediseñe su política de inserción en el mercado asiático y que mediante la Alianza del Pacífico como plataforma de integración regional, pueda diversificar y desarrollar productos de valor agregado producidos en cadena que permita romper la monoexportación y favorecer la inserción en el mercado asiático en conjunto. 

Mientras Estados Unidos busca levantar muros contra América, China propone comercio, cooperación e inversión, alzándose como una alternativa que los países no deben dejar pasar, pero hay que razonar con la mente fría, China ya no vende baratijas, exporta bienes y tecnología de alto valor, mientras que América Latina exporta a China productos agrícolas de temporada que generan bajos ingresos, o minerales que requieren poca mano de obra. Si Chile y Latinoamérica, no desarrollan productos con valor agregado y competitivos para insertarse en el mercado chino, la balanza comercial será negativa, habrá una nueva ola de desindustrialización y mermará la creación de empleo, por lo cual, el fortalecimiento y el desarrollo de plataformas como la Alianza del Pacífico o el Mercado Común del Sur, son vitales para asumir las relaciones económicas con China con responsabilidad, para lo cual, la integración latinoamericana es una meta vital en la búsqueda de una provechosa relación económica entre China y América Latina.

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