¿Y después de la anexión de Crimea a Rusia qué? Situación actual de Ucrania


Por

Juan Esteban Loaiza González

Antecedentes

Ucrania actualmente se encuentra sumida en una grave crisis política e institucional, de la que podría señalarse como inicio las manifestaciones de grupos pro-europeos en la plaza de la independencia de Ucrania, que llevaron a la salida del poder del presidente ucraniano Víktor Yanukóvich. Esta situación generó una tensión cada día mayor entre el nuevo gobierno de Ucrania, con una postura pro-europea (respaldado por la Unión Europea y Estados Unidos), y el gobierno Ruso, que apoyaba al depuesto Yanukóvich.

En medio de la inestabilidad política por la que atravesaba Ucrania en ese momento, surgieron movimientos separatistas que no querían una mayor integración con la Unión Europea sino con Rusia. Esta situación le costó a Ucrania la región de Crimea (poblada por una gran cantidad de ruso parlantes).  Tras repetidas manifestaciones y la toma de instalaciones gubernamentales y militares Ucranianas por parte de grupos armados pro-rusos que no se identificaban bajo ninguna bandera, las autoridades de la región de Crimea tomaron la decisión de separarse de Ucrania y de realizar un referéndum, en el que se ratificó por una amplia mayoría la secesión de Ucrania y la solicitud de anexión a la Federación Rusa.  Este referéndum, no obstante, no ha sido reconocido por Ucrania, ni por las potencias occidentales, pero sí por la Federación Rusa, que inmediatamente aceptó la solicitud de anexión de Crimea; suceso que ocurrió sin necesidad del uso de la fuerza, ante la mirada atónita de las demás potencias e instituciones internacionales que se limitaron a manifestar su rechazo y establecer tímidas sanciones a funcionarios rusos cercanos al presidente ruso, Vladimir Putin.

Tras la anexión a Rusia de la península de Crimea, surgieron nuevos movimientos separatistas en las regiones de Donetsk y Lugansk, habitadas por mayorías pro-rusas. En estas regiones se realizaron manifestaciones que también buscaban la anexión a Rusia, pasando luego a la toma de edificios gubernamentales y a que se convocara a un referéndum separatista.  Sin embargo, esta vez Ucrania no se quedó como un simple espectador mientras su territorio se desmembraba y arremetió contra los separatistas desatando la guerra civil que vive Ucrania actualmente.

Ante la ofensiva ucraniana, los separatistas se levantaron en armas y tomaron el control de parte del territorio oriental de Ucrania.  El pasado 12 de mayo se llevaron a cabo los referéndums secesionistas con una gran participación de votantes, en los que ganó por amplia mayoría el sí a la separación de Ucrania y la solicitud de anexión a Rusia de estas regiones. Tras el resultado se constituyeron la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk, y solicitaron la anexión a Rusia, pero estas autoproclamadas repúblicas no han sido reconocidas por ningún Estado y tampoco han contado con una reacción tan decidida como la de Rusia frente Crimea.

 

Mala situación previa de la economía ucraniana

Incluso antes del inicio de la actual crisis que atraviesa Ucrania, su economía ya se encontraba en una situación difícil, con proyecciones de bajo crecimiento económico para los próximos años, llegando a considerar como una posibilidad la suspensión de pagos.  Todas estas proyecciones se hacían en escenarios en los que no se consideraba siquiera la posibilidad de una guerra civil y el fraccionamiento de su territorio.

Crisis de las instituciones ucranianas

En las últimas semanas el gobierno ucraniano tuvo una grave sacudida, al presentarse la renuncia del primer ministro, Arseni Yatseniuk, por la disolución de su coalición de gobierno y el bloqueo por parte de la Rada Suprema a sus principales proyectos en materia económica (un alza en los impuestos y la venta de gran parte de los gasoductos ucranianos) para poder afrontar los gastos de la nación en una situación de guerra interna.  El primer ministro había manifestado que para el 1º de agosto de este año no sería posible para Ucrania costear los gastos de la guerra interna que experimenta; finalmente esta crisis institucional culminó con la ratificación del primer ministro en su cargo, por una amplia mayoría, y la formación de una nueva coalición de gobierno que consiguió también la aprobación de las reformas económicas que se encontraban estancadas.

Ante su ratificación en el cargo y la aprobación de sus principales iniciativas,  Yatseniuk manifestó: "Hoy hay dos noticias en la economía mundial. La primera es que Argentina ha presentado suspensión de pagos. La segunda, que Ucrania no la ha presentado y que nunca lo hará".

Últimos desarrollos

En las últimas semanas las confrontaciones entre los rebeldes pro-rusos y el ejército ucraniano se han intensificado, causando la muerte de centenares de civiles y llevando a acusaciones de uno y otro lado de utilizar armamentos prohibidos y atacar indiscriminadamente zonas residenciales y refugios con artillería y misiles.

La situación se vio especialmente agravada luego de ser derribado el vuelo MH17 de Malaysia Airlines mientras sobrevolaba el espacio aéreo ucraniano, y que se precipitó a tierra en territorio ocupado por los rebeldes, existiendo señalamientos de parte y parte sobre quién disparó el misil que derribo el avión. Estados Unidos, de otro lado, señala que el vuelo fue derribado por los insurgentes pro-rusos con armas suministradas por Rusia.

Los señalamientos por parte de Estados Unidos hacia Rusia han ido mucho más allá, al expresar que esta potencia no solamente está armando a los rebeldes,  sino que afirma tener pruebas de que Rusia está disparando desde su territorio a las fuerzas ucranianas. Rusia, por su parte, ha acusado recientemente a las fuerzas ucranianas de atacar puestos fronterizos Rusos y ocasionar la muerte de un ciudadano ruso; y además, a los Estados Unidos, por estar financiando las operaciones militares emprendidas por el gobierno ucraniano.

El derribo del avión de Malasia Airlines ha tenido una gran repercusión mediática, ya que debido a las dificultades que han afrontado los grupos de rescate e investigación para acercarse al lugar del siniestro, el gobierno holandés ha propuesto enviar efectivos de la policía militar holandesa para custodiar las labores de rescate (pues gran parte de las víctimas eran ciudadanos holandeses), o en su defecto, que en la zona hicieran presencia fuerzas de los cascos azules de la ONU.  Esta situación también ha dado lugar a una mayor ofensiva por parte del gobierno ucraniano para retomar el control de las zonas sometidas a la autoridad de los rebeldes, y en especial de la zona del siniestro.  Adicionalmente, este acontecimiento abrió las puertas a la aplicación de sanciones más duras por parte de la Unión Europea y los Estados Unidos a Rusia, por su apoyo a los rebeldes.

Estas sanciones ya no sólo son personales y dirigidas a funcionarios cercanos a Putin que apoyaron la adhesión de Crimea a Rusia, sino que se trata de medidas económicas que afectan sectores cruciales para esta potencia, como el energético, el financiero y de defensa.  Al mismo tiempo que se ordenaban estas sanciones, la Unión Europea levantaba una restricción a la venta de armas y tecnología militar que había impuesto a Ucrania durante el gobierno de Yanukóvich.

Aun así, las sanciones contra Rusia se ven limitadas por el esfuerzo de la Unión Europea para evitar al máximo posible que éstas afecten las economías de sus miembros; ya que a diferencia de los Estados Unidos, los países miembros de la UE dependen en distinta medida de su comercio con Rusia, especialmente en el sector energético.

Pese a las sanciones impuestas por parte de Occidente a Rusia, se han presentado manifestaciones pidiendo al presidente ruso, Vladimir Putin, que realice una intervención militar en Ucrania, para proteger a los rusos que habitan las regiones de Lugansk y Donetsk.

De otro lado, en los últimos días y como respuesta a las sanciones impuestas por occidente, la Federación Rusa ordenó prohibir la importación de algunos productos alimenticios, agrícolas y ganaderos producidos en Estados Unidos, la Unión Europea, Australia, Noruega y Canadá, por el período de un año, aunque este plazo puede ser modificado.  Para la Unión Europea esta medida afecta el 10% de sus exportaciones totales de productos alimenticios. Adicionalmente, Moscú está estudiando la posibilidad de restringir el uso de su espacio aéreo a las  aerolíneas estadounidenses y de la Unión Europea que se dirijan hacia el oriente asiático.

Putin se encuentra en un momento difícil, ya que, por una parte, debe enfrentar las sanciones impuestas por la UE y EEUU, que afectarán a Rusia en el mediano y largo plazo; y por otro lado, su postura ante la crisis ucraniana ha tenido gran acogida por parte del pueblo ruso, reavivando un fuerte sentimiento nacionalista que no le perdonaría ceder ante occidente.

Se estima que la economía rusa se verá seriamente afectada por la intervención de Putin en la crisis de Ucrania, pues además de las sanciones impuestas a Rusia, será necesario invertir una gran cantidad de dinero para desarrollar el plan de anexión de Crimea a Rusia, lo que necesariamente llevará a Putin a plantearse la posibilidad de subir los impuestos.
En cuanto a la Unión Europea, una de las economías que se verá más afectada debido a la imposición de sanciones económicas contra Rusia, es la alemana. Si bien Rusia no es uno de sus principales socios comerciales, sí depende en gran medida de esta potencia en materia energética, y pone en riesgo 300.000 empleos que dependen directamente del comercio entre Alemania y Rusia.

Repercusiones de la crisis ucraniana en otras áreas

Esta grave crisis ha tenido repercusiones incluso en el campo deportivo. En materia futbolística se ha decidido evitar en todo momento la confrontación directa entre las selecciones de Ucrania y Rusia; además, en la liga de fútbol ucraniano muchos equipos de la zona en conflicto han perdido jugadores que se negaron a regresar a las sedes de sus equipos por razones de seguridad, sin importar las posibles sanciones que les impongan.

A esto se suma el hecho de que desde Ucrania se ha pedido a la FIFA y a la UEFA que se sancione a Rusia, por haber incorporado a sus torneos a los 3 equipos de fútbol de la región de Crimea.  Esta situación ha llevado a especular con posibles sanciones como la exclusión de los clubes rusos de los torneos europeos, e inclusive que le sea retirada la designación como la sede de la copa mundial de fútbol del 2018.  Por ahora, tanto la FIFA como la UEFA únicamente han manifestado que se encuentran en la etapa de indagación.

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