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Por
Carlos Alberto Sánchez Ospina
Hablar del terrorismo
internacional por parte del Estado Islámico (EI), el cual tiene como base de sus
operaciones Irak y Siria, y que protagoniza enfrentamiento militar con los
Estados Unidos y sus aliados, no es nada nuevo, más bien, es noticia común de
todos los días. Lo que sí es nuevo, o por lo menos, lo es últimamente a la luz
de los medios, es el accionar del grupo terrorista islámico Boko Haram, el cual
desde su fundación ha venido azotando a Nigeria, lugar de asentamiento y
accionar militar.
A comienzos del año Boko
Haram fue noticia por el asesinato de más de 2.000 personas en Baga, ciudad del
nordeste de Nigeria, hecho que se vio opacado por la incursión, también por
parte de grupos extremistas islámicos, en las instalaciones del semanario
satírico francés Charlie Hebdo, donde perdieron la vida 17 personas.
Boko Haram, cuyo significado
en el idioma local, hausa, es “la
educación occidental es pecado”, es un grupo religioso islámico fundado hace 12
años por Mohammed Yusuf, clérigo carismático que pidió un estado islámico puro
en Nigeria. La policía lo asesinó en el 2009, en un incidente grabado y
publicado en internet. Dicha ofensiva hizo que el grupo yihadista se
convirtiera en un grupo aún más violento y desafiante. El yihad es el apelativo que occidente le ha dado a los grupos
minoritarios islamistas que se basan en la utilización de la violencia con el
fin de crear el estado islámico ideal.
Los orígenes del Islam se remontan a principios
del siglo VII, cuando un hombre llamado Mohammed, aseguró haber sido visitado
por el ángel Gabriel durante 23 años, el cual le reveló la palabra de Dios, llamado
Alá para los árabes y musulmanes. Dichas revelaciones comprenden: el Corán y el
libro sagrado del Islam. Sus creencias fundamentales son que Alá es el único
Dios y que Mohammed fue su profeta. Por esta simple declaración una persona
puede convertirse al Islam. Por su parte, la palabra genérica musulmán
significa “uno que se somete a Alá”. El Islam pretende ser la única religión verdadera,
y para lograrlo, Boko Haram busca imponer una severa aplicación de la ley Sharia a lo largo de toda Nigeria.
La ley Sharia,
que significa derecho islámico o ley coránica (lo que está prescrito): es el
conjunto de normas por las cuales se rige la existencia del musulmán. Es a su
vez, un código ético-moral y un conjunto de leyes en el Islam. Sus dos
principales fuentes son: El sagrado Corán, como fuente primigenia; y el Sunna,
que contiene las acciones religiosas y citas del profeta Mahoma (Mohammed)
narradas por sus compañeros (rama Sunita), o imames (rama chiíta). La Sharia cubre gran cantidad de temas
(economía, derecho, sanidad, relaciones familiares) y su aplicación más o menos
severa depende de cada país.
La aplicación de la ley Sharia en los tribunales no depende de los abogados, ya que tanto
el demandante como el demandado se representan a sí mismos. No hay tampoco
ningún proceso antes del juicio, ni interrogatorio alguno a los testigos. El
juramento tiene mayor peso que la prueba escrita, por eso es utilizado como
evidencia y no para garantizar la veracidad de un testimonio. Por tal razón, es
evidente que un contrato escrito tiene menor importancia que un acuerdo verbal.
Este sí que es un tema que nunca deberíamos olvidar para cuando hagamos
negocios con países que apliquen total o parcialmente la ley sharia. Esta siempre ha coexistido con
otros sistemas legales en la historia del Islam, aunque la mayoría de los
países musulmanes sólo la aplican en forma parcial.
En cuanto al comercio internacional, la ley Sharia no debería afectar los negocios
de los exportadores. Sin embargo, sí que les puede afectar en sus políticas de
precios, producto o promoción. Es de anotar que dicha ley fue hecha para los
musulmanes y los protege sólo a ellos, lo cual se considera una violación de
los derechos de las demás religiones. Por tal razón, un comerciante
internacional se puede ver seriamente afectado si dentro de sus políticas de
expansión está abrir una filial en un país musulmán o contratar personal local en
el mismo.
PRONUNCIAMENTO
ANTE LOS HECHOS DE BOKO HARAM
El propio presidente de Nigeria, Goodluck
Jonathan, fue uno de los líderes mundiales que en solidaridad con Francia condenó
las acciones de los extremistas islámicos en contra del semanario satírico
Charlie Hebdo, donde perdieron la vida 17 personas. Sin embargo, nada expresó
sobre la carnicería de civiles en su país, a manos del grupo yihadista Boko
Haram, donde la cifra de muertos sobrepasó las 2000 personas. La misma
diferencia de indignación, se observó por parte de diferentes líderes
mundiales.
Según el experto en desarrollo internacional de la
escuela de estudios africanos y orientales de Londres, Michael Jennings, la
diferencia en la indignación internacional, entre ambos hechos, obedece: en el
caso francés, al calificativo de “atentado contra libertades fundamentales, fue
un ataque existencial contra toda Europa”; mientras que la violencia en Nigeria
no genera la misma atención, porque “a menudo se la presenta como parte de una
continua historia de violencia entre las comunidades africanas”.
Una de las voces de protesta que se sumó al
movimiento en contra de los países occidentales y su falta de reacción contra
los ataques de Boko Haram, fue el diario israelí Haaretz, uno de los de mayor
circulación nacional en Israel. Dicho diario le pidió a los líderes mundiales,
igualdad en el trato a las víctimas. Lo anterior obedece a la falta de repudio
que ha mostrado occidente frente a la grave situación en Nigeria.
Por último, se citan algunos apartes de la
entrevista al señor Zacharías Pieri, experto de la agencia Misna. Cuando se le
interrogó acerca de si Boko Haram era el resultado de problemas locales o si
existía una dimensión internacional, Pieri contestó: Boko Haram surgió a
principios de la década pasada, en descontento con las políticas estatales
(corrupción, desprotección a los más pobres, y ausencia de garantías en la
prestación de los servicios públicos adecuados). Pero el detonante mayor fue la
muerte, en el 2009, por parte del ejército, de su fundador Mohamed Yusuf. En cuanto a la dimensión de su accionar
militar, agregó Pieri, intervienen dos factores: uno regional y otro
internacional. El primero, se muestra por la presencia mayoritaria del grupo
étnico Kanuri y su consecuente ubicación geográfica en las filas de grupo. El
segundo factor, de dimensión
internacional, es la ideología de Boko Haram, la cual es alimentada por la
práctica del islam radical que promueve el Estado Islámico (EI), que opera en
Irak y Siria.
Queda suficientemente claro que Boko Haram se ha
ganado, a pulso, un lugar como grupo terrorista internacional, y que tanto los
motivos como el contexto en que se desarrolla, trascienden fronteras. Es hora,
pues, de que los gobiernos adopten una política de cooperación y defensa
internacional, donde aspectos como la discriminación de toda índole y las
diferencias socioeconómicas, hagan parte de la historia. Finalmente, debemos
interiorizar y reglamentar el valor de la vida, como insumo base de toda
cultura y convivencia social.
CIBERGRAFÍA
www.telam.com.ar/notas/201501/91755-diario-haaretz-relamo-a-occidente-boko-haram.htm/
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